El fileteado porteño es un arte decorativo y popular nacido a principios del siglo XX en la ciudad de Buenos Aires. Tuvo su origen en las fábricas de carros donde los pioneros del oficio, trabajando en la ornamentación de esos vehículos , prácticamente crearon este género, que desafortunadamente no fue suficientemente documentado en su génesis ni tampoco en su posterior desarrollo. Por ello, la historia del fileteado que poseemos está construida sobre la recopilación de testimonios de los maestros de este oficio a mediados de éste siglo. Al igual que en el tango, no hay un primer artista ni una fecha exacta que permitan determinar con exactitud el inicio de esta práctica, mas los testimonios coinciden en que fueron tres inmigrantes italianos los que desarrollaron casi contemporáneamente el fileteado trabajando dentro de las diferentes carrocerías existentes al inicio del novecientos: Cecilio Pascarella, Vicente Brunetti y Salvador Venturo, quienes posteriormente tuvieron como primeros continuadores a sus propios hijos. Así, la decoración fileteada de los carros en Buenos Aires comenzó con pintar los laterales de los carros con un color vivo, rompiendo con el gris municipal que los caracterizaba. Otro avance fue dividir estos dos colores con una delgada línea en un tono más intenso o contrastante, el filete. A partir de allí, van surgiendo los diferentes motivos que más tarde conformarán un vasto repertorio que caracterizará, al igual que la composición y su técnica de pintura, a un género inconfundible. Flores, volutas, hojas de acanto, cintas argentinas, líneas rectas y curvas de diferentes grosores se van combinando con escenas campestres y personajes populares.Los colores utilizados son muy vivos y a través del contraste y las transparencias se da a la entera obra intencionalidad de volúmen, con una materia elemental: el esmalte sintético, que resiste al tiempo y a la intemperie permitiendo que esta forma de arte que circulase constantemente por las calles de la ciudad. Los textos también forman parte de la composición del fileteado, con todo un arsenal de frases acuñadas por la sabiduría popular.Consecuencia de ello es que el fileteado se realice no solamente con fines estéticos, sino también como manifestación de los valores socioculturales del hombre de Buenos Aires. En la década del '40 el fileteado adapta sus formas a los nuevos vehículos fruto del progreso que van sustituyendo paulatinamente al carro: [ Fileteado sobre colectivo 1957 ] los camiones y los colectivos que son herederos directos de esta decoración colorida que les otorga indiscutible identidad "porteña", pero que pasa inadvertida para la gran mayoría de los habitantes. Poco después del 1970, comienza la desaparición del fileteado en los vehículos debido a las sucesivas crisis económicas, y a una ley nacional que prohibió filetear los colectivos en 1975 Pasada ya la época de esplendor de los grandes maestros fileteadores y de sus inolvidables vehículos profusamente decorados, el fileteado porteño continúa vivo en manos de un puñado de herederos curiosos de rescatarlo de la indiferencia y el olvido, quienes lo ejercitan como arte y oficio que no pierde la delicia lúdica que encierra el ornamento. Hoy, no tan vistosamente como antes, acaso sobre superficies nuevas y con técnicas diferentes, y en contextos tales como el tango, el diseño, la publicidad, el tatuaje y el bodyart la imagen del fileteado se impone clásica y a la vez renovada.
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